Cada año odio más la Navidad. ¡Y ya está aquí!
Bueno, aclaro, no es la Navidad lo que odio sino la tremenda hipocresía que rodea a esta época cuando se supone que debe predominar la humildad. Sin embargo, esta falsedad de la que hablo está generada por un tremendo sentimiento de culpa en cada uno de los individuos de la sociedad. Queremos arreglar en un día los defectos y errores que hemos ido cometiendo en los 364 anteriores...
Consumimos productos como si nos fuera la vida en ello a pesar de la crisis (cosa que nos está bien empleada) y después sentimos remordimientos y pretendemos solucionarlo siendo "buenos, amables y solidarios" con los demás, como si realmente nos importaran.
¡Venga ya! Dejémonos de teatros y asumamos que somos unos putos ateos egoístas.
Pero no os desesperancéis, si alguno de verdad quiere cambiar, aún tiene 12 meses para reflexionar hasta la siguiente Navidad...
Por cierto, ¡me niego a cantar villancicos!; ¡ya lo haré en pleno verano como viene siendo mi costumbre!
NO ME TOQUES LOS "GÜEVOS"
Hace 15 años
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