Los hechos a los que me refiero en estas líneas, creo, son conocidos por casi todos. En primer lugar, el periodista de Telemadrid reconocía que, para él, la vida de unos terroristas valía menos que la de unos españoles en unas declaraciones duras pero, reconozcámoslo, que todos firmaríamos. Wyoming le ridiculizó con un video en el que manipulaban esas imagenes y se podía ver a Hermann Tertsch diciendo que mataría a ministros, jovenes, etc. ¡Una broma!
Lo que, trágicamente, ha desendcadenado la actual crítica al genio Wyoming es que Tertsch fue agredido en una calle de Madrid. ¿Existe relación causa-efecto entre el video de Wyoming y ese ataque? No lo creo; aún así, Wyoming ha sido demandado. Un video, una ridiculizacuón, un evidente montaje humorístico. De hecho, aunque supiesemos con certeza que ese video suscitó la agresión no sería serio lapidar el video, que a muchos españoles (de todos los colores, que no prejuicios) ha hecho reir. ¿Hablamos en serio? ¿No existe, acaso, el humor negro? ¿No lo ampara la Constitución?
¿Podemos renunciar a este tipo de bromas? Sí, pero renunciaríamos a un pilar básico del Estado de derecho en el que felizmente vivimos: la libertad de expresión. Corrijo: reduciríamos ese derecho. Pero, ¿la libertad de expresión no es eso? ¿Libertad? ¿Existe a caso la semi-libertad? No lo creo. Libertad o censura. Ese el debate reabierto en estos días. El que escribe lo tiene claro: libertad.
NO ME TOQUES LOS "GÜEVOS"
Hace 15 años